La vida del artista (el intelectualli). Poesía en prosa narrativa
Partía la mañana,
y antes incluso,
con pequeñas incursiones
y pasos de baño útil.
Hasta dar pasos silenciosos al desayunar.
Un desayuno tranquilo y sereno,
y sonar de autos un tanto locos.
Que se daban muy pocos saludos.
Saludos quizás de los verdaderos,
que reflejaban algunos aires del sur.
Alguna conversación del día de ayer,
que ya había pasado y por lo mismo,
un muy buen motivo de comentario...
y se seguía hasta saturar cualquier
fina idea.
Y alguna conclusión?
Miles, pero ninguna era
una gran novedad, más
que cuando algo ya sucedía.
Y era hora ya de partir,
a dar pasos algo laborales y serios con más
propiedad.
Cuando alguna vez el gran intelectualli se dijo:
por Dios no tengo ni uno!!
Algo tendré que hacer no?
Pero eso, no fue ya más una tragedia, como
lo fué en sus tiempos más mozos,
en que ahí la conversación y el nivel intelectual,
estaba en la esfera más trivial.
Pero qué interesante! es cuando el gran artista
llegaba a ganar algo de dinero, sólo con su Arte.
Porque el regocijo era como una gran fiesta veneciana,
o quizás un teatro shakespereano.
Porque el arte tenía que triunfar ante todo. Ante
la envidia, los celos, la competencia desleal y
todo lo absurdo.
La gran actuación del más elevado teatro de la vida..
Luego de una agotadora jornada de trabajo, duro en que las ideas
iban y venían. Y nadie daba un peso por ellas!
Hasta que surjía de la nada un tipo bonachón, inteligente y culto.
O una mujer apurada, pero no por eso con prisa, de no sentir
algo de la vida o del arte.
O quizás una mujer insegura y confusa, que se encontraba
sin querer con el majestuoso arte. Y no podía sencillamente
creerlo lo que había visto.
Pero era cierto!.. era el arte en su gran gloria y majestad!.
Y todos ellos tuvieron que seguir las reglas, no sólo del arte, sino que de la vida.
Desde la libertad ya ganada.
Y la vida y alguien más, les prometió a todos! y eran verdaderas promesas esta vez.
Y llegó la hora tardía, en que se debía comentar, todo lo acaecido..en el
gran y mágico día..
Porque esa es la vida, siempre comentar cada día, porque cada día hay algo que sucedió.
Se comentaba y hablaba junto a una gran cena, hecha con los más exquisitos encantos del día.
De lo que ya se había saboreado en el apoteósico almuerzo.
Tanto la cena como el almuerzo, era algo muy especial, de un nivel cortesano y realeza.
Era como comer algo muy cercano al maná celestial, que además de nutrir, hacía
crecer el espíritu y el amor.
La lejana noche que venía viajando de un crepúsculo maravilloso y épico,
en que se anunciaba el carro mágico de estrellas y constelaciones divinas.
Que se juntaban a otra conversación en millones en millones distancias y millones años
sin medida. Que sólo reflejaban la vida.
Noche estrellada, que era la que decía a veces, hay que descansar,
si lo quieres...
O quizás junto a un mosto, o algo para picar. Poder seguir interviniendo
la obra artística, y dando los matices nocturnos, como la Ronda Nocturna,
del gran Rembrandt.
Que tienen la paz y la magia serena del cierre...
Que rponto expondrá el nuevo día. Que vendrá a dar otros
alcances, otras miradas, otras vidas tal vez...
Asi es la vida del artista, dar y dar más vida.. para no deviar el camino
Dar y dar algo más..crear por siempre, y ver lo esencial.
Estar en lo intelectualli.
Y venir a ser!! un hombre de verdad!!
un gran spiritualli! y vitalli!!
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